Pirata, corsario, oficial naval francés y pintor del emperador - Ambroise Louis Garneray fue un arquetípico "Hombre del Renacimiento". Su padre fue artista y alumno del gran Jacques-Louis David, lo que le dio a Garneray una excelente educación artística. Ambroise, sin embargo, persuadió a su padre para que lo dejara ir al mar a la tierna edad de 13 años como parte de la Armada francesa, y pronto se encontró en el Océano Índico frente a Ile de France (hoy en día Mauricio). Cuando hubo escasez de buques navales, el Alférez Garnerary decidió unirse al famoso corsario bretón Robert Surcouf y convertirse en el azote de los envíos de la Compañía de las Indias Orientales en el Océano Índico. Durante este tiempo, Surcouf capturó el HMS Kent de la Royal Navy cerca de la costa de la India, obteniendo una fortuna en premios, y Garneray no solo recibió su parte del botín, sino que también se le pidió que pintara imágenes de la acción heroica como testigo ocular y miembro de la tripulación En marzo de 1806, después de varios viajes de corso y comercio, Garneray fue capturado por los ingleses y pasó los siguientes 8 años en un casco de prisionero de guerra en el puerto de Portsmouth.
La pérdida de las colonias americanas en la década de 1770 como un lugar para enviar prisioneros condenados al transporte, creó una aguda escasez de espacio en la prisión. No había tiempo para construir más cárceles, por lo que, como medida temporal, algunos barcos se convirtieron en cascos de prisión, lo que podría asegurarse fácilmente, aunque las condiciones a bordo de sus cascos a menudo podridos eran difíciles. Fue durante las guerras francesas de 1793 a 1815 que se hizo el mayor uso de Hulks para acomodar prisioneros de guerra adicionales. Para hacer más llevadero su encarcelamiento, Garneray logró pintar y vender vistas de Hulks a través de un comerciante de arte local. Esto ayudó a mejorar sus condiciones en cautiverio, como lo hicieron muchos otros prisioneros al hacer modelos de barcos u otras artesanías. Cuando Napoleón abdicó en 1814, los británicos liberaron a sus prisioneros y Garneray regresó a París, continuando trabajando como artista. Más tarde escribió tres autobiografías populares relatando su doble carrera aventurera como marinero, corsario y artista. Fallece en París el 11 de Septiembre de 1857.