Artista políticamente comprometido, Honoré de Daumier (Marsella, 1808-Valmondois, 1879) concibió su obra como un instrumento de lucha social y apostó por un compromiso ético con la clase trabajadora con la intención de llegar a transformar la realidad que le circundaba.Daumier fue testigo de los movimientos obreros y proletarios que comenzaron a desarrollarse respaldados por las teorías de Marx y Engels (El Manifiesto Comunista data de 1848 y El Capital de Marx de 1867). En este contexto nació el Realismo, movimiento artístico y literario al que se adscribió la producción del artista francés. Esta tendencia surgió en Francia a partir de 1848, después de las revoluciones populares y como reacción a los ideales subjetivistas y las ansias de evasión románticos. Litógrafo, pintor y escultor destacó, como señaló Baudelaire, por su estilo dinámico y la libertad de su trazo. Lionello Venturi apuntó también la influencia beneficiosa que sobre él ejercieron Rembrandt y Goya, especialmente en la obra litográfica.En su compromiso con lo social, Honoré fue un fiel observador de su entorno, un testigo del París de su época, de la vida cotidiana de la burguesía y del proletariado. Su obra pictórica toma como protagonistas a tipos humanos hasta entonces ignorados en la representación artística. Son gentes humildes, trabajadores anónimos. Es el caso de La lavandera (1860-1863) que va a lavar al Sena cargando con su hija y los fardos de ropa. Daumier fue un artista políticamente comprometido. En las caricaturas que realizó supo traducir a la perfección su mirada satírica. Se inició en la práctica de este género en el año 1831, después de entrar en contacto con el director de La Caricature (1830-1835) Charles Philipon, republicano y antimonárquico.De creencias republicanas también, Honoré fue condenado en 1832 a seis meses de cárcel por representar al monarca Luis Felipe de Orleans como un gran Gargantúa (1831) grotesco y caricaturizado con cabeza en forma de pera. La inspiración se encontraba en el personaje de Gargantúa, un gigante glotón protagonista de la novela homónima de François Rabelais. Además de la sátira política, Honoré empleó la caricatura como método de denuncia social. En este sentido destaca la ilustración de la tragedia titulada Rue Transnonain (1834), surgida por la indignación de Daumier ante la injustificada masacre sufrida en una vivienda de París por una familia obrera durante la represión policial. Además de litografías, realizó esculturas entre las que destacan un conjunto de bustos de terracota policromada que retratan de forma caricaturesca a políticos de su tiempo.