Nace en Estados Unidos. López trabaja principalmente con grabados y dibujos para crear instalaciones a gran escala que evocan entornos urbanos. Informadas por el ritmo cada vez mayor de la vida moderna, nuestra dependencia de la comunicación las veinticuatro horas del día y el deseo de nuevas tecnologías, las instalaciones de López, al igual que las ciudades que habitamos, pueden dejarnos un poco desorientados. Las perspectivas distorsionadas de sus edificios cambiantes a menudo evocan una sensación de vértigo y, en un mundo posterior al 11 de septiembre, inquietud por la naturaleza inestable de su arquitectura.