Fue uno de los referentes del expresionismo abstracto norteamericano, movimiento en el que triunfa la pintura como campo de experimentación plástica basada en el trabajo sobre su propio medio: el color y las dos dimensiones del plano pictórico. Ese nuevo tratamiento de la abstracción es patente en la obra de Motherwell, que ilustra la acción protagonizada por el acto físico de pintar sobre un lienzo de dimensiones murales que intenta superar la contención del marco. En esta práctica, heredera en parte del automatismo surrealista, cobra gran importancia el gesto, la expresión subjetiva del artista, plasmada en términos abstractos, en ocasiones cargados de un fuerte componente simbólico.Por otro lado, la producción pictórica de Motherwell guarda una relación directa con España, adonde viajó por primera vez en 1958, fecha en la que realiza Totemic Figure. En gran parte de su obra presta atención a la tradición pictórica española en su veta más dramática, así como a la situación política del país.